Santa Mariña se encuentra ubicada en un enclave privilegiado desde el que podemos realizar atractivas rutas de distintos recorridos. Uno de ellos trascurre por la propia aldea y las fincas que la circundan, otra conduce a las formaciones rocosas llamadas caldeiras labradas por el río Castro en su curso por la parroquia de Coucieiro.
La escasa distancia que hay hasta la costa nos facilitará conocer Cabo Touriñán, el punto más occidental de España, y del que parten varias rutas por su agreste paisaje. No lejos de este enclave aguarda Fisterra, punto al que los romanos bautizaron como Fin del Mundo.
La playa de Os Muíños se encuentra tan sólo a 4 km de la casa, y a poca distancia la de Lago y la de Nemiña, muy conocida ésta entre los aficionados al surf. Otro lugar de interés es Ézaro, singular por acoger la desembocadura en cascada del río Xallas, ahogada por las centrales eléctricas, pero de la que podemos disfrutar puntualmente en fechas señaladas.
Los amantes de los túmulos pétreos tienen en esta zona un gran campo de investigación. La Ruta de los Dólmenes nos traslada a los orígenes de la civilización gallega, 6000 años atrás. Los petroglifos de Boallo, los dólmenes de Berdoias, Pedra da Arca (Baíñas), Pedra Cuberta (Treos), Arca da Piosa (Serramo) y Dombate (Borneiro) son yacimientos arqueológicos que no pasan desapercibidos para el docto en estos temas.
Otro de los ingredientes de la Costa da Morte es su riqueza en artesanías. El Castillo de Vimianzo, otrora residencia de los Condes de Altamira, acoge una muestra de artesanía en vivo durante todo el año en la que se pueden ver las palilleiras de Camariñas, Muxía y Vimianzo, los alfareros de Buño, el trabajo del lino, zuecos, y otros oficios tradicionales.
Además, si usted nos visita el 18 de julio, podrá disfrutar de la tradicional Romería de Santa Mariña, santa muy conocida por su virtud para curar los animales. Ese día tiene lugar la subasta de cuerdas y pies de cerdo, que los devotos llevan a la virgen como agradecimiento por los favores concedidos. Los romeros aprovechan también para recoger tierra santa que luego suministran a los animales cuando padecen algún mal.
A menos de 4 km de Santa Mariña transcurren los dos tramos del Camiño de Santiago que desde Fisterra y Dumbría conducen a Muxía, meta y punto final de la Prolongación.
El Santuario de la Virgen de la Barca, a 8 km, famoso por sus legendarias piedras, está íntimamente vinculado a la tradición apostólica.
Cuenta la leyenda que encontrándose Santiago Zebedeo en los acantilados, desanimado por la escasa acogida de sus predicaciones entre los lugareños, se le apareció la Virgen María, en carne mortal, para anunciarle que debía volver a Galilea porque su obra estaba ya concluida. De aquel viaje en barca pétrea nos queda la vela (piedra Dos Cadrís) y la nave (piedra de Abalar).
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