Las filloas son una vianda típica del antroido. En esta época se comen acompañando al cocido, en sustitución del pan, o de postre. Era habitual que las mujeres de la casa se instalaran en la lareira, con su balde de moado, para dedicar la jornada a hacer filloas en la piedra (conservamos una en Casa de Trillo) o en el tello. Nunca faltaba un pequeño ladronzuelo que hiciese bajar la pila. Actualmente hemos extendido su uso a todas las épocas del año.
Tiempo de preparación: 3/4 hora
Dificultad: baja
Ingredientes
(para cuatro personas)
· 4 huevos
· 15 cucharadas de harina de trigo
· agua
· sal (una pizca)
· aceite, tocino o manteca de cerdo
Preparación
Batimos bien los cuatro huevos, añadimos la harina y la pizca de sal. Removemos bien hasta deshacer los grumos. Podemos utilizar la batidora. Añadimos agua hasta que nos quede una masa muy suelta (cuanto más suelta más finas salen las filloas).
Dejamos reposar la masa unos cinco minutos. Preparamos el recipiente (sartén, piedra, tello). Lo calentamos y lo empapamos en aceite, tocino o manteca. Con un cucharón vamos poniendo la masa en el recipiente y extendiéndola bien. Cuando esté dorada la filloa por un lado se le da la vuelta, se retira, y se vuele a untar el recipiente.
Existen muchas variedades de filloas según lo que añadamos a esta masa básica:
· De anís: a la masa se le añade ½ copa de anís y leche.
· De leche: la masa lleva leche y agua.
· De caldo: se utiliza agua de caldo.
· De sangre: se utiliza un vaso de sangre de cerdo y leche.
· Rellenas: nata, miel, verduras, mariscos, etc.