2005
18-12-2005 - Porto (Portugal)
Alguém disse que a Galiza é irmá de Portugal: aqui, na Casa de Trillo, sentimo-lo; logo estamos em casa! Como o carinho, a alegria de viver que nos prendem! Obrigado por tudo! Voltaremos, claro, como “peregrinos” deste tipo de hospitalidade tan cosmopolita.
17-11-2005 - Inaxio, Patxi, Rosa, Millel
Eskenixasko Etxe-Trillo familari eman dizkiguten goxotasunatik, Rosari bere afaiegatik, ete Mari Angeleseri bere goxaidatik. Jesus aguno senda zezala. Muxu eta bezarllada hanidi bat.
Gracias a la familia de la Casa de Trillo, por su dulzura y su bien acoger, a Rosa por sus cenas y a Mª Ángeles por su estupendo desayuno. Esperamos que Jesús se recupere pronto. Un beso y un abrazo muy grande.
09-10-2005 - María y Fran (Sada)
En medio de una tempestad nos encontrábamos y buscábamos una luz que nos guiara a tierra firme. Y la encontrarmos: esa luz, ese brillo, era la Casa de Trillo.
Ahora, reforzados con energía, víveres de tranquilidad, y con el recuerdo de la alegría de María de los Ángeles, zarparán de este puerto María y Fran.
06-10-2005 - Precioso lugar!
Aparecimos una noche a esas horas en que sólo nos esperan los buenos. Entramos maravillados en la casa, “menudo lugar hemos encontrado”, dijimos.
Nos despertamos ya en la mañana, viendo lo que habíamos imaginado de noche: ¡Qué precioso lugar!
Nos vamos un poco tristes por no poder aprovechar un poquito más de estos encantos y de vuestra compañía. Pero bueno, como dicen: “lo bueno si breve….” ¡Gracias por el desayuno! ¡Todo buenísimo!
03-10-2005 - ANTONIO Y CRISTINA
LUGAR INCREIBLE Y MARAVILLOSO. Queremos recomendar este sitio a personas que busquen tranquilidad absoluta, naturaleza en su máxima expresión, bosques inmensos, costas rocosas, calas de arena blanca, pintorescos pueblecitos de mar con puertos coloridos, aldeas de la más profunda galicia, etc. en definitiva, un experiencia llena de sensaciones impresionantes.
Agradecer a Maria Angeles su gran servicio, sus desayunos supercompletos, su amabilidad, realmente te encariñas con ella, especialmente nuestro peque, Alejandro, que entraba en la cocina a jugar con ella. Gracias también a Jesus y Rosa, los propietarios, muy atentos
en todo momento. Como conclusión, una casa preciosa, un entorno de ensueño y un servicio totalmente familiar.
Volveremos seguro.